Es un libro publicado en 1971 y atribuído a un tal William Powell, que consiste básicamente en una introducción simplista al pensamiento anarquista, "Anarchism Today", escrita por un también fantasmal profesor Bergman, y con el resto de sus páginas dedicado a explicar métodos de sabotaje o como fabricar armas, explosivos y drogas (!).¡Pero cuidado, mis subversivos amigos! No os vayáis corriendo a la biblioteca o librería -que no lo encontraréis- u os pongáis a buscar por internet la información pertinente, porque hay algo que aún debéis saber de este libro de culto tan bizarro.
Según parece, The Anarchist Cookbook contiene peligrosos errores en sus explicaciones, ya puestos en evidencia el mismo año de su publicación, tanto en el apartado de drogas como en el de explosivos: si decidieras ponerte manos a la obra, la mezcla o manipulación de los productos químicos especificados te podría producir intoxicaciones fatalmente graves o, simplemente, estallarte en los morros. El libro en cuestión lleva más de veinticinco reimpresiones y los errores siguen sin ser corregidos.
¿Cómo es posible tal cutrez? Pues porque según indicios más que razonables, "El Recetario Anarquista" es un señuelo, un libro-trampa. Fue creado por servicio de inteligencia americano según unos, o por el FBI para controlar extremistas según otros. No se sabe a ciencia cierta, pero todo parece indicar que el motivo del invento era intoxicar, desinformar, detectar e incluso eliminar posibles activistas de finales de los años 60 y primeros 70. Empezó a circular por campus universitarios y grupitos revolucionarios, tomándolo algunos como una especie de biblia subversiva y picando el anzuelo; el intentar conseguir ciertos productos, ya yendo a la droguería o buscando en laboratorios, podía delatar a quien los buscaba.
¿Pero es que el gobierno americano sería capaz de poner tan alegremente en peligro la vida de sus ciudadanos, ya fueran "aspirantes a terroristas" o no? Pues si investigas un poco la documentación que existe sobre los métodos de control social que ejerció el FBI y la CIA en aquellos revueltos años (que darían para un blog entero dedicado a ello) verías que, en efecto, sí.
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